En la entrada de un bar me estoy fumando el quinto cigarro de mi caja de recuerdos y esperanzas.
Veo el humo salir denso de mis labios y desvaecerse en el aire, y con cada calada me estoy fumando lo que siento por ti poco a poco.
Poco a poco se consume el papel, queda colgando la ceniza de tus besos hasta que cae al suelo.
En ciendo un nuevo cigarrillo que va quemando tus gestos de cariño. Su humo con tus palabras se los está llevando el viento.
No pasan coches por la calle Soledad, que hace esquina con Dolor y cruza con Desamparo, desde este Bar de la Desesperanza en el que todos en algún momento paramos.
Entro al bar, el camarero me invita a una copa de penas para ahogarme en ella. De un trago han caído siete y de nuevo ganas de fumar.
Salgo a la calle hay niebla y sopla un viento frío. Borracha de melancolía saco el mechero, una llama de olvido y enciendo el cigarrillo con mis ganas de quererte.
El humo se eleva en la noche y en sus juegos con las luces y la niebla creo ver tu rostro. Debe de ser el alcohol.
Tiro el cigarro sin acabar al suelo y lo aplastó con el talón, hasta que se apague.
Necesito un trago. Me dice el camarero que en un tiempo frecuentaste el local, casi puedo verte en el mismo lugar donde ahora estoy yo. Me pregunto donde estarás ahora y brindo a tu salud para que te vaya bien.
Una copa de sueños perdidos y deseos imposibles, el líquido me abrasa la garganta la garganta. He bebido demasiado, la cabeza me da vueltas y me fallan las piernas... Lo último que sé es que me derrumbo sobre el suelo.

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Debemos recordar que este bar tiene puerta, es sólo un sitio de paso, de transición. Llegará un día en que saldremos del bar, no sólo a fumar, cruzaremos la calle y llegaremos a buen puerto.
ResponderEliminarPrecioso texto.
pero mientras no sea el momento seguiremos en el bar, es un lugar de paso, pero seguramente lo frecuentemos mas de lo que queremos a lo largo de nuestra vida
ResponderEliminarLa copa de deseos imposibles me encanta jaja Soy un gran bebedor de ese líquido.
ResponderEliminarY creo que ya va siendo hora de que cambies de bar por un tiempo, prueba el Sunshine Happy Candy Bar.
No cambias de bar cuando quieres, sino cuando para ti llega la hora de cerrar
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